A mediados de 2023, Carolina*, una ingeniera oriunda del norte Chile, me contactó buscando ayuda. La Caro vivía junto a su marido y algunos animales. Se crió en una familia amorosa, pero con complicaciones económicas y difícil acceso a la educación. Me contó que desde pequeña, se le mandató tener buenas notas para ser una profesional, y tener un buen ingreso económico. Instrucción que por lo demás, ella pensaba era la raíz de su problema actual. Su motivo de consulta, era:
—No puedo dejar de pensar en el trabajo. Es como una obsesión, invade mis pensamientos, pero también es un refugio.
En la terapia, trabajamos con Carolina para identificar y priorizar sus preocupaciones, y luego desarrollamos un plan de acción para abordarlas. Esto incluyó establecer metas claras y alcanzables, y desarrollar estrategias para manejar el estrés y la ansiedad
Con ella trabajamos con Terapia Cognitivo Conductual (TCC). La TCC es una forma de terapia que ayuda a las personas a identificar y cambiar patrones de pensamiento y comportamiento que les causan problemas emocionales y psicológicos. Es una de las terapias más efectivas para tratar problemas de ansiedad y depresión, con un porcentaje de éxito del 50-60% en comparación con otras terapias (Hofmann et al., 2010). Además, la TCC ha demostrado ser efectiva en la reducción de síntomas de ansiedad y depresión en un 70-80% de los casos (Butler et al., 2017).
Utilizando herramientas para darle estructura y claridad a sus preocupaciones. Uno de los ejercicios claves fue operacionalizar, es decir, tomar conceptos abstractos y traducirlos en términos concretos y medibles, para que puedan ser trabajados y cambiados de manera efectiva. A través de ejercicios y reflexiones, exploramos preguntas fundamentales:
- ¿Qué significa para ti “salir adelante”?
- ¿Cómo defines un “buen estado financiero”?
- ¿Por qué el trabajo se ha convertido en un refugio?
Muchas veces, nuestras preocupaciones están construidas sobre ideas subjetivas que no hemos cuestionado. En el caso de Carolina, su educación y entorno familiar habían moldeado su visión del éxito y la estabilidad. Sin embargo, parte del proceso terapéutico consistió en revisar si esas definiciones seguían siendo útiles para su bienestar actual.
La historia de Carolina no es un caso aislado. Chile es un país liberal donde el logro suele orientarse hacia cuanto más autonomía y libertad uno tenga, más que por el ejercicio de la virtudes fundamentada en valores. Al cuestionar estas ideas, Carolina empezó a notar que muchas de sus preocupaciones no eran suyas, sino heredadas de su entorno
Chile y el contexto actual
En la modernidad el discurso actual a menudo se orienta hacia la superación personal y/o sentimentalismo. En un contexto donde la competencia es un valor central, la presión por rendir puede hacernos buscar respuestas sencillas y rápidas pero imprecisas.
Aquí es donde el liberalismo juega un rol clave. La autonomía y la capacidad de definir la propia vida son principios fundamentales de la libertad individual. Sin embargo, cuando la búsqueda de independencia se interpreta solo desde la lógica del rendimiento y la autosuficiencia, el resultado no es libertad, sino agotamiento. La autodeterminación no puede reducirse a eficiencia; también implica la posibilidad de reflexionar y el examen de nuestros valores y virtudes.
A lo largo de la historia, pensadores como Kant y Heidegger han reflexionado sobre la diferencia entre lo que percibimos y la realidad en sí misma. En términos más simples, muchas veces confundimos lo que sentimos con lo que realmente son las cosas. Sentirnos agobiados no siempre significa que estamos en peligro; sentirnos inseguros no siempre implica que fracasaremos. Pero en la vida moderna, donde las exigencias son constantes, es fácil perder de vista esta distinción.
Reconectar con lo esencial en la vida moderna
La vida no tiene por qué estar dictada por el ritmo acelerado que nos rodea. Aprender a detenernos y reflexionar sobre lo que realmente importa es una habilidad que se puede desarrollar. Como decía el filósofo Byung-Chul Han, es en la pausa donde encontramos significado.
Este es un recordatorio poderoso de que la terapia no se trata solo de solucionar problemas, sino de aprender a hacer pausas, examinar nuestros valores y creencias, para determinar lo qué es lo verdaderamente esencial para cada uno.
Después de varias sesiones, Carolina tomó una decisión. Se mudó cerca de la costa y encontró un trabajo más pausado. Tiempo después, me envió un correo:
—Muchas gracias. Estoy muy bien ahora, hice lo que me pediste: Me senté y me puse a escribir. Era solo eso Felipe, necesitaba detenerme a pensar y escribir qué es lo me pasaba.
Sugerencias
Detenerse a cuestionar creencias heredadas: Muchas veces, el malestar proviene de ideas que nunca hemos examinado. Escribir sobre qué significa para ti el éxito o la estabilidad puede ayudarte a distinguir qué expectativas realmente te pertenecen.
Diferenciar percepción de realidad: Si el trabajo se siente como una carga constante, puede ser útil analizar los pensamientos que alimentan esta sensación. Preguntarte “¿qué evidencia tengo de que fallaré si me detengo?” puede abrir espacio para nuevas interpretaciones.
Crear pausas estructuradas en la rutina: Si sientes que el ritmo de vida te arrastra, programar momentos concretos para la pausa (aunque sean 10 minutos al día) puede ayudarte a recuperar el control sobre tu tiempo y bienestar.
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Referencias
- Hofmann, S. G., Asnaani, A., Vonk, I. J., Sawyer, A. T., & Fang, A. (2012). The efficacy of cognitive behavioral therapy: A review of meta-analyses. Cognitive Therapy and Research, 36(2), 103-110.
- Butler, A. C., Chapman, J. E., Forman, E. M., & Beck, A. T. (2017). The empirical status of cognitive-behavioral therapy: A review of meta-analyses. Depression and Anxiety, 34(2), 137-146.
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